Ensayo Orquesta Escuela

La música y la cultura para todos triunfan en los premios Ebrópolis

BlogPremio Ebrópolis
17 enero 2025
Kira Rivarés
Directora de Orquesta Escuela Zaragoza

 

Empezamos con la motivación de conseguir que la cultura de la música clásica fuera accesible a todo el mundo y en base a ello hemos ido creando diferentes proyectos para conseguirlo. Hay un objetivo obvio, que es acercar a la infancia y la juventud la cultura y la música; pero para nosotros, maestras y docentes, lo principal es el aprendizaje cooperativo que se llevan, porque la metodología se basa en que se aprende de manera no verticalizada. Es decir, aprender en grupo, de los compañeros, de los voluntarios, de niños más mayores. Y ese aprendizaje en el que el esfuerzo individual está al servicio de algo colectivo nos parece más importante que aprender a tocar cualquier obra orquestal, incluso el Himno a la alegría.

Si bien es cierto esa vieja frase popular que dice que la música alimenta el alma; este acceso a la cultura parece cada vez más descuidado en Aragón, y la música no está siendo menos. La formación musical cada vez se vuelve más inaccesible para el ciudadano medio, con unos encarecimientos económicos constantes, tanto en la adquisición de instrumentos como en la consecuente educación musical. En momentos de incertidumbre como este, creemos que desde la Orquesta Escuela podemos arrojar un rayo de esperanza sobre la comunidad. Por ejemplo, un contrabajo de gama básica vale 1.000 euros, es imposible que una familia con problemas pueda acceder a él.

Por ello desde Orquesta Escuela venimos desarrollando multitud de proyectos desde el año 2016, cuyo eje central es el proyecto de la Orquesta Escuela Social. La describimos como «un grupo de formación permanente para menores provenientes de familias en situación de vulnerabilidad». Gracias a la orquesta damos acceso a la práctica musical a familias que no pueden permitírselo, ya sea por cuestiones económicas o sociales.

Para la creación de esta agrupación nos inspiramos en la filosofía de El Sistema de Venezuela, una propuesta social que buscaba crear orquestas juveniles para darles una segunda oportunidad a los niños más desfavorecidos del país. Se trata de un concepto creado por el maestro Abreu que parte de una premisa fundamental: si creamos una red solidaria y sostenible donando los instrumentos musicales que ya no usamos o se quedan pequeños, conseguiremos recursos para que ningún niño que quiera aprender no pueda acceder a la cultura por cuestiones económicas.

Contar con Harinera ZGZ durante los seis años en los que el espacio cultural de la ciudad mantuvo su convocatoria para proyectos residentes fue fundamental para el desarrollo tanto de nuestra entidad como de los proyectos que impulsamos. En la actualidad la Orquesta Escuela Social se desarrolla tanto en Harinera ZGZ como el CEIP Tenerías, el CEIP Santo Domingo y el Colegio Carmen y San José de Zaragoza. Durante el año 2023 nos expandimos al Centro Musical Las Armas para dar continuidad a las actividades realizadas en los colegios del barrio del Casco Histórico cuando nuestras usuarias terminaban la educación primaria.

Desde este mes hemos comenzado también a realizar actividades de la Orquesta Escuela Social en el Centro Joaquín Roncal de la Fundación CAI, permitiendo que las usuarias del Centro Musical Las Armas, que acaba de cerrar hace apenas unos días, puedan tener continuidad en su aprendizaje musical comunitario contando con las instalaciones y el apoyo de la Fundación.

A la Orquesta Escuela Social, la complementamos con otros dos proyectos a su alrededor: la Orquesta Escuela Solidaria y la Biblioteca de Instrumentos. El primero permite conjuntar a los integrantes de la orquesta principal con chicos de toda la ciudad. De esta manera, se permiten crear conjuntos orquestales a través de un proyecto integrador y abierto a cualquier niño o joven instrumentista de entre 5 a 23 años. Mientras que, por otro lado, la Biblioteca de Instrumentos es la encargada de suministrar instrumentos a todos los estudiantes, no solo de los proyectos de la asociación, sino también de otros centros educativos y a otros niños y jóvenes de la ciudad, contando actualmente con alrededor de 200 instrumentos.

Sacar adelante la asociación Orquesta Escuela es una aventura apasionante, donde constantemente tenemos que combinar nuestra pasión por tocar con la lucha por lograr que el proyecto se sostenga: desde lo económico hasta lo estructural, como puede ser la búsqueda es espacios para poder implementar los programas. Sin embargo, lograr horizontalizar el aprendizaje de la música y aportar un horizonte de esperanza para el acceso a la música de la infancia de nuestra ciudad merece el esfuerzo.

Pero estos esfuerzos no son solo necesarios en el ámbito de la sostenibilidad. Aprender a implementar las metodologías necesarias para poder trasmitir el aprendizaje de un instrumento musical de forma grupal también ha sido una experiencia y un camino largo. Y seguimos en constante aprendizaje. Hemos tenido que esforzarnos por «cambiar el chip», formarnos, viajar y realizar intercambios con otras formaciones de orquestas sociales para aprender sobre nuevas metodologías… porque nosotros no aprendimos así cuando éramos niños. Pero son estos retos los que hacen que todo merezca la pena. Queremos que todos nuestros «pequeños artistas» colaboren y se ayuden entre ellos mientras les enseñamos, sin jerarquías. De esta manera dinamizamos las sesiones a la vez que buscamos fomentar el espíritu de equipo.

Merece la pena destacar que, si desde Orquesta Escuela tuviéramos que comprar todos los instrumentos para todos nuestros artistas, el proyecto sería inviable; por lo que el apoyo ciudadano a través de las donaciones es fundamental. Y además de los donativos, y también muy importante, necesitamos seguir contando con el apoyo de nuestras instituciones.

Por el momento, parece que este esfuerzo está siendo compensado, ya que el Premio Ebrópolis a Buenas Prácticas Ciudadanas es un reconocimiento a nuestra labor y trayectoria. La música y la cultura para todos triunfaron al recibir el máximo galardón en la edición 23 del Premio Ebrópolis a las Buenas Prácticas Ciudadanas. Tras un año difícil para la cultura en nuestra ciudad, a nosotras nos supone un aliento y un impulso necesario para seguir adelante y velar por sostener a la Orquesta Escuela Social y Solidaria. No queremos despedirnos de vosotras sin compartir un deseo nuestro y de nuestro querido maestro, Jose Antonio Abreu: «que la riqueza artística nos ayude a romper el círculo de la pobreza material».

(Foto: Javier Roche)

Comparte:

Volver