
Una despedida que no lo es…
Blog29 mayo 2025
Mar Rodríguez
Coordinadora Técnica de Ebrópolis
Después de muchos años dedicados a pensar y construir el futuro de Zaragoza desde Ebrópolis, ha llegado el momento de cerrar una etapa profesional que ha sido, sin duda, una de las más apasionantes y significativas de mi vida, toda ella dedicada al desarrollo local y comunitario desde diferentes frentes: el centro CODEF en el barrio de las Delicias, el desarrollo de la estructura técnica y formativa en la Federación de Asociaciones de Barrios – FABZ, la contribución a la formación de futuros profesionales sociales y educativos en la Universidad de Zaragoza y otras formaciones a profesionales de diferentes ámbitos.
Cuando empecé a colaborar con Ebrópolis como experta en su primer plan estratégico hace unos 30 años, la idea de planificar estratégicamente una ciudad era todavía un concepto emergente. Quiero recordar ese grupo de trabajo liderado por Ángela López en el que construíamos la visión de Zaragoza en el ámbito social y cultural.
Hoy, Zaragoza es un referente nacional e internacional en planificación urbana participativa. Me enorgullece haber formado parte, ya como profesional desde hace casi 20 años, de ese proceso colectivo que ha dado forma a una ciudad más cohesionada, sostenible y preparada para los retos del siglo XXI.
Así, Zaragoza lidera desde los inicios de Ebrópolis una red nacional de territorios con planificación estratégica que se viene convocando anualmente – ¡y son ya 28 los encuentros realizados! – donde se comparten experiencias y se genera conocimiento. Prueba de ello es que la “Declaración de Zaragoza. Planificación estratégica urbana y territorial en entornos de crisis” realizada por este grupo en su encuentro anual de 2013 ha sido tomada en cuenta por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana en su política urbana nacional.
También quiero resaltar la contribución a la formación y desarrollo de tantos gestores locales iberoamericanos con la realización durante muchos años del Curso Superior de Dirección Pública Local y con la colaboración activa en CIDEU, Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano del que Zaragoza es socia y ha sido sede mucho tiempo de su red Ibérica y de cuyo Programa de Especialización en Pensamiento Estratégico Urbano vengo siendo docente desde hace 11 años.
Ebrópolis: una escuela de ciudad y ciudadanía
Ebrópolis, como laboratorio de ideas y hacedor de consensos, ha sido a lo largo de sus 30 años de existencia una verdadera escuela de ciudadanía. Allí hemos vivido que planificar el futuro de la ciudad no es imponer, sino escuchar y llegar a acuerdos sobre hacia dónde queremos caminar y, como dice Maffesoli, “qué tipo de gente queremos ser”, cuáles son nuestros valores. Y también que las estrategias no son documentos estáticos, sino herramientas vivas y flexibles que se nutren del diálogo, la participación y la visión compartida.
Así la propia existencia de Ebrópolis, donde están representados todos los niveles administrativos, las organizaciones empresariales, sindicales, ciudadanas y la universidad, propicia una nueva gobernanza que permite la articulación administrativa, la concurrencia de planificaciones sectoriales y su coherencia y la participación de todos los sectores en el desarrollo estratégico de la ciudad.
Quiero resaltar el trabajo que realiza Ebrópolis de impulsar la autoorganización comunitaria y de base y el enfoque al bienestar colectivo mediante su Premio a las Buenas Prácticas Ciudadanas. Ha permitido el fomento de valores como la solidaridad, equidad y autorresponsabilidad construyendo, a lo largo de estos años, un banco de buenas prácticas que posibilita el impulso, el intercambio y el conocimiento de estas experiencias.
Zaragoza, una ciudad que se piensa a sí misma
Zaragoza ha demostrado ser una ciudad capaz de mirarse al espejo y proyectarse hacia el futuro con esperanza y responsabilidad. Desde el primer plan estratégico hasta la Estrategia Zaragoza +20 y su Agenda Urbana, cada paso ha sido un ejercicio de inteligencia colectiva plasmado en los diferentes pactos de ciudad alcanzados.
En estos años he podido colaborar en la elaboración, implementación y seguimiento de estas sucesivas estrategias para la ciudad y su entorno, con una concepción del territorio que supera los límites administrativos abarcando la “ciudad real» (también en eso Ebrópolis ha sido innovador), de impulsar proyectos transformadores y de ver cómo muchas de esas ideas se convertían en realidades.
Ebrópolis también supo darse cuenta, ya hacia principios de los años 2.000, de que, para avanzar en el cumplimiento de las ideas, de la visión de ciudad, había que realizar un seguimiento y había que medir el “estado de la ciudad”. Así, se diseñó un sistema de indicadores y se fue avanzando hacia un Observatorio Urbano, también de carácter técnico, pero con una dimensión colaborativa ya que lo forman representantes de sus socios fundadores. La oficina técnica con el apoyo de este equipo ha ido realizando estudios y sosteniendo un sistema que actualmente cuenta con 150 indicadores, propiciando la toma de decisiones públicas y el control ciudadano, siendo una de las realidades de la que me siento más orgullosa de haber contribuido.
«Aunque me retiro de la vida laboral activa, no me retiro del compromiso con la ciudad»
Un futuro que sigue en construcción
A quienes continúan en este apasionante campo, les dejo un deseo: que nunca pierdan la capacidad de imaginar ciudades más justas, verdes y habitables. Que no olviden que cada decisión política y técnica tiene un impacto humano. Y que, por encima de todo, planificar es un acto de cuidado hacia todas las personas, por lo que se necesita la contribución de todas ellas.
Quiero hacer especial mención al equipo profesional interdisciplinar que conforma la Oficina Técnica, mis compañeras, un equipo pequeño pero excepcional que, con su profesionalidad, humanidad y compromiso, hacen que se superen los baches, dificultades y se encare una tarea tan compleja y diversa.
Aunque me retiro de la vida laboral activa, no me retiro del compromiso con la ciudad. Seguiré observando, opinando, escribiendo… colaborando, en fin, con Ebrópolis y otros espacios. Porque la ciudad nunca se detiene y siempre necesita voces que la piensen con amor y sentido crítico. También en la docencia y reflexión técnica sobre la planificación estratégica urbana en espacios como el de CIDEU.
Gracias por acompañarme en este viaje. Nos seguiremos encontrando en alguna plaza, en un autobús o en una conversación sobre cómo hacer de nuestras ciudades mejores lugares para vivir.