La RSC, una oportunidad para las administraciones públicas

Noticias
15 septiembre 2017

La responsabilidad social corporativa (RSC) no es solo un reto para las administraciones públicas; constituye también una gran oportunidad, principalmente para recuperar legitimidad y el respeto de los ciudadanos. Ya se están dando pasos en este sentido en numerosas administraciones, pero el camino por recorrer es todavía muy largo e implica un cambio de modelo de gestión en transparencia, gobernanza, participación y gestión de los recursos humanos.

Estas son algunas de las ideas más destacadas expresadas por los participantes en una jornada sobre la administración pública y la responsabilidad social organizada por el Instituto Aragonés de Fomento, con la colaboración de Ebrópolis, en el marco del Plan RSA aragonés.

Los profesores Carlos Cueto y Marta de la Cuesta presentaron su libro La administración pública de la responsabilidad social corporativa. En él se demuestra la aplicabilidad en la administración de los principios de la responsabilidad social, se dan a conocer a las entidades públicas las distintas herramientas existentes en materia de RSC y se recogen ejemplos de buenas prácticas en administraciones de toda España, entre ellas las aragonesas. En este sentido, los autores consideraron que Zaragoza y Aragón ocupan una buena posición en esta materia, con acciones innovadoras en responsabilidad social.

A continuación se celebró una mesa redonda sobre el papel de la RSC en la administración pública, con la intervención de David Lafuente, experto en la materia y asesor del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Martín Nicolás, secretario general de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP); Mariano Moneva, decano de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza, y Miguel Zarzuela, coordinador de Ebrópolis.

Zarzuela explicó la importancia que se le concede a la responsabilidad social territorial en la estrategia de futuro de Zaragoza y su entorno y abogó por facilitar la implantación de acciones de responsabilidad social a las corporaciones locales más pequeñas, más ocupadas en la gestión de los problemas diarios.

El profesor Moneva, por su parte, achacó a la crisis el hecho de que la RSC no haya avanzado mucho en los últimos años y consideró que la memoria de responsabilidad social “puede ayudar a mejorar la forma de gestionar y a obtener mejores resultados”.

Además de indicar que España no está actuando mal en este campo, David Lafuente pidió “valentía” al que tiene que tomar las decisiones a la hora de implantar medidas de RSC y resaltó la importancia de dar visibilidad a las entidades que lo están haciendo bien por el “efecto contagio”.

En nombre de la FAMCP, Martín Nicolás insistió en ver la responsabilidad como una oportunidad para mejorar la reputación de las corporaciones locales, que ya están realizando numerosas pero aisladas acciones de RSC.

Por su parte, Cueto y De la Cuesta coincidieron en la necesidad tanto de sensibilizar y educar en la responsabilidad social corporativa como en la de implantar incentivos –tanto positivos como sanciones- encaminados a propiciar la implantación de medidas de RSC y dirigidos directamente a las personas encargadas de llevarlas a cabo. ”Hay que cambiar comportamientos y procesos y eso genera tensión”, reconoció Marta de la Cuesta.

Al comenzar la jornada, el director gerente del IAF, Ramón Tejedor, explicó los pasos dados por el Gobierno para Aragón para impulsar la responsabilidad social en la comunidad autónoma, plasmados en el Plan RSA, puesto en marcha en noviembre de 2015 tras un acuerdo con los agentes sociales más representativos. Hasta la fecha casi 600 organizaciones de todo tipo se han sumado al reto de conseguir el sello RSA, demostrando así, según Tejedor, que quieren ir “2 ó 3 pasos más allá” de lo que marcan las exigencias legales.

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